jueves, 12 de noviembre de 2009

Tenerife-Lanzarote



NUESTRA AVENTURA CICLISTA 95

TENERIFE-LANZAROTE

SUBIDA AL TEIDE



Martes 13 de Junio, de 1995 festividad de San Antonio, pensábamos marcharnos este día, pero por motivos de exámenes de Toni, lo tuvimos que posponer para el día 15, esto nos ha ocasionado algunos problemas económicos en el precio del billete del avión, el día anterior llevamos las bicis a la casa de Antonio colocamos los cierres en la vaca del coche, pues saldríamos desde Algeciras hasta Málaga y debíamos preparar los transportes.

Jueves 15 de junio, por fin llego el día de la partida salí temprano de casa dejamos los niños en el cole y mi mujer Nieves me lleva a casa de Toni, bajo la bici me despido y luego me doy cuenta que el equipaje se ha quedado en el coche, la llamo a casa y le pido que me lo lleve al puerto, menos mal que íbamos bien de tiempo.

Cogimos el barco de la 10,30 horas, una vez en Algeciras le hicimos una visita a la tienda de bicicletas de Pino, compramos unas zapatillas para Toni, salimos para Málaga y comimos en Calahonda, luego nos dirigimos al Aeropuerto de Málaga, cambiamos los pasajes pasamos las bicis por las cintas de carga, y nos quedamos esperando que dieran la salida de avión para Tenerife.







De pronto suena por megafonía que me reclaman en información, todos nos preocupamos y pensamos que habría surgido algún problema familiar y fuimos a ver, cuando llegamos nos encontramos con mi concuñado Juan Manuel, que reside en Málaga y aprovecho para venir a saludarnos, menudo susto nos dio pues no contábamos con su visita.
Entramos en el avión y despegamos subimos hasta los 10.000 metros de altura, al pasar por el Estrecho de Gibraltar como el día estaba despejado apreciamos perfectamente la costa y también pudimos divisar nuestra bonita ciudad de Ceuta, al pasar por la zona pudimos también contemplar desde lo alto los pueblos de Castillejos, Rincón y la ciudad de Tetuán, al estar sentado junto a la ventana pude apreciar como atravesábamos Marruecos con sus desiertos y sus ríos.
Sobre las 20,00 horas nos han servido la merienda cena, una coca cola un panecillo, arroz con leche, café, ensalada con patatas, chorizo, aceitunas y otros, no estuvo mal por los menos calmamos el apetito hemos terminado y estoy contemplando unas buena parte del desierto con las dunas de arena con ríos secos con pueblos que se confunden con el terreno, "parece mentira como pueden vivir aquí", se divisan pueblos más o menos grandes, pero no divisamos ríos cercanos, no vemos ningún rio en kilómetros y de tarde en tarde se divisan algunos oasis, salimos de Marruecos y estuvimos un tiempo que solo se divisaba el mar hasta que comenzaron a aparecer las Islas Canarias, era muy bonito y hasta algo emocionante y podías distinguirlas desde tan alto y nombrarlas por sus nombres, eran realmente como en las fotografías y los mapas.
Sobrepasamos las islas de Lanzarote y Fuerteventura y estábamos sobre Gran Canarias a las 21.10, a las 21,15 divisamos el Teide "que pedazo de montaña en mitad de tanta agua".

 






Al fin aterrizamos en el aeropuerto Reina Sofía, recogimos las bicis nos cambiamos de ropa de ciclistas y llamamos a las familias para decirles que el viaje había sido perfecto, era de noche y aun nos quedaba 20 km. hasta el apartamento donde teníamos hecha la reserva, Toni se puso a marcar el ritmo y me llevo con la lengua afuera durante todo el camino.

Fue peligroso no llevábamos ningún tipo de señalización y circulábamos por autopista a oscuras, llegamos por fin, nos dimos un duchazo y dimos una muy pequeña vuelta para conocer un poco el entorno y además era tarde y estábamos cansados.

El viernes 16 de junio, compramos en el súper que teníamos cerca del apartamento unos comestibles, luego salimos sobre las 12 del medio día dirección el Teide, nuestro apartamento estaba en la denominada zona de playa de la Américas, desde allí comenzamos el recorrido con la intención de subir con nuestras maquinas el Teide.

Los primeros kilómetros fueron de un suave ascenso con falsos llanos que ayudaban a recuperar un poco, siempre teníamos la costa a nuestro vista hasta que llegamos a un cruce donde nos indicaba dirección Teide, nosotros intuimos que desde aquel momento la subida cambiaria en su dureza y así sucedió, pues los porcentajes desde ese momento fueron más duros y ya no tuvimos ningún falso llano donde recuperar hasta llegar al parador del Teide.







Sobre los 130 m. de altitud paramos para reparar fuerzas, pues Toni no se sentía bien y necesitaba comer algo, como teníamos preparados unos bocadillos dimos buena cuenta de ellos, eran la 14.30 y decidimos continuar pues nos quedaba un buen tramo para terminar, la subida se hizo muy larga y pesada, teniendo que meter en algunos tramos casi todo el desarrollo del que disponíamos, las distancias entre nosotros se fueron alargando pero siempre iba controlando a Salvador para que no se me perdiera de vista, por lo que deje ir a Toni que se marcara su ritmo y lo perdí de vista.

Llegamos al cruce que nos indica 5 Km. hasta el parador esto nos puso contentos pues de los cinco cuatro eran de llano y solo el ultimo presentaba alguna dificultad, cuando por fin llegamos estábamos destrozados, hicimos una serie de estiramientos, pues creo que todos teníamos calambres, además estábamos sedientos pues a media subida nos quedamos sin nada de agua, y tuvimos que para a un coche y pedirle algo de agua, que por cierto no tenia y nos ofreció un poco de refresco lo cual agradecimos.

En el parador nos comimos unos dulces y unos refrescos, Toni se tiro al suelo en medio del salón pues no había clientela y se puso a estirar, era digno de ver y Salvador y yo lo imitamos de alguna manera, Salvador se puso a empujar el mostrador y la señora que estaba atendiendo al público estaba un poco sorprendida, pero le dijimos que estábamos destrozados y que necesitábamos estirar, ella se reía al vernos pues era un numero y además gratis.

Emprendimos el camino de vuelta, regresamos por la misma carretera hasta el cruce y luego cogimos dirección Vilaflor, nos encontramos con otra subida de unos 4 Km. que nos termino de dar la puntilla, luego una carretera en muy mal estado, pensábamos que era una lástima que no pudiéramos disfrutar de la bajada por culpa del asfalto en malas condiciones, una vez llegamos a la localidad de Vilaflor, todo fue un disfrute pues nos deleitamos con una larga bajada hasta que fue interrumpida por un pinchazo que tuve, Salvador se dio cuenta y regreso a ayudarme, Toni lo encontramos a 5 Km. en un cruce preocupado, le dijimos lo sucedido y continuamos hasta la autopista, una vez en ella tuvimos una zona de toboganes hasta llegar a los Cristianos.






Nos duchamos y salimos a cenar a un restaurante del complejo turístico, nos fuimos a descansar temprano pues la jornada había sido dura y el cansancio era patente entre nosotros.

Los datos de la jornada fueron los siguientes: Distancia 110 Km., de los cuales al menos 60 fueron de subida, duración 7,12 h., media de la jornada 15 Kh., velocidad máxima alcanzada 66 Kh.

Sábado día 17de junio, desayunamos en el aparta hotel y decidimos alquilar un vehículo pues teníamos que desplazarnos al norte de la isla, antes fuimos a una agencia de viajes para sacar los billetes de avión para desplazarnos a Lanzarote, con muchas dificultades obtuvimos los billetes pero quedo pendiente la confirmación.

Luego nos fuimos a Santa Cruz y nos dirigimos a la playa de las Terecitas allí nos dimos un baño y luego cominos en un chiringuito de la playa, como es natural probamos el Mojo Picón, nos dimos otro baño pues la playa era un encanto y el agua estaba estupenda de temperatura, luego nos fuimos a visitar al hermano de Toni que vivía en Santa Cruz, estuvimos un par de horas con él y luego nos dirigimos al Puerto de la Cruz pues Salvador nos dijo que valía la pena visitarlo y efectivamente valió la pena, allí nos hicieron unas caricaturas, cenamos con un ambiente encantador y unas vistas estupendas.

Regresamos de nuevo a los Cristianos nuestro lugar de residencia, era bastante tarde pues nos dio las dos de la madrugada, nos duchamos y a descansar.







Domingo 18 de junio, salimos temprano y nos dirigimos al aeropuerto Reina Sofía, teníamos que resolver la reserva del vuelo a Lanzarote, nos fue imposible y no nos dieron posibilidad hasta el lunes, decidimos tomarnos el domingo asueto de nuevo alquilamos otro vehículo y nos dirigimos a la playa de los Gigantes, llegamos sobre las 13 horas, nos dimos un baño en la playa de San Juan una cala pequeñita y muy coqueta de arenas negras.

Sobre las 15 horas decidimos almorzar, luego nos dirigimos dirección Masca, un pueblo muy pequeño que para llegar, es bastante complicado por la dificultad de las pendientes tan fuertes que te encuentras en la zona, pero valió la pena pues las vistas eran muy bonitas.

Continuamos hacia La Orotava, antes visitamos el Drago Milenario y nos hicimos la foto de rigor, una vez en el Valle de La Orotava se produjo un cambio radical del paisaje, convirtiéndose todo en verde con gran cantidad de vegetación y cultivos.

Volvimos a dirigirnos de nuevo al Teide desde La Orotava, continuamos dirección Vilaflor, llegamos a los Cristianos, nos fuimos a cenar al restaurante del complejo, y luego nos fuimos al apartamento pues teníamos comprado del día anterior unas Coca colas y una botella de Whisky, nos tomamos unos pelotazos y a descansar.







Lunes 19 de junio, después de desayunar nos dirigimos a la agencia de viaje para la confirmación del vuelo a Lanzarote, después de mucho trabajo por parte de la muchacha que nos atendió en la agencia "Viajes Insular", nos pudo confirmar la ida pero le fue imposible confirmar la vuelta y le indicaron que en la tarde nos podrían confirmar la vuelta en el mismo aeropuerto.
Visto lo visto nos decidimos, volvimos al apartamento y mientras Toni nos preparaba una tortilla de patatas con beicon Salvador y yo bajamos las bicicletas las desmontamos lo que pudimos y fuimos acoplándolas en el Ford Fiesta que teníamos alquilado, después de muchas peripecias y gracias a que los sillones traseros de abatían, pudimos no se sabe como meterlas dentro, y a Salvador por ser el más pequeño en estatura entre ellas, era todo un numero ver a Salvador con los cuadros de las bicicletas y las ruedas intentando acoplarse entre ellas.
Entramos en el apartamento y Toni nos tenía preparada la tortilla con beicon, una ensalada de lechuga tomate y cebolla y un poco de pizza del día anterior con unas cervezas, aquello tenía una pinta buenísima pero decidimos darnos un baño en la piscina del complejo pues llevábamos unos días allí y todavía no la habíamos visitado, nos dimos un baño, luego nos fuimos a comer y sin pérdida de tiempo nos dirigimos al aeropuerto de los Rodeos.
Después de conseguir en el aeropuerto que nos confirmasen los billetes de regreso, por fin pudimos coger el vuelo a Lanzarote, un vuelo chárter, con un avión pequeño de hélices con capacidad de unos 50 pasajeros, que lo mejor del vuelo fueron las lindas azafatas que allí nos atendían.
El vuelo duro sobre los 40 minutos, cuando conseguimos recuperar nuestras bicicletas eran la 9,15 h. nos cambiamos de ciclistas pues teníamos que llegar al apartamento reservado que estaba a unos 15 Km. del aeropuerto, como nos ocurrió en Tenerife, se nos hizo de noche y lo pasamos mal hasta llegar a la urbanización.
Llegamos sobre las 22,00 horas recogimos las llaves en un bar cercano, pues el encargado debido a la hora que llegábamos nos indico que las dejaría en ese establecimiento, una vez que entramos en el apartamento y empezamos a hacer posesión de él, nos vamos encontrando objetos personales.
Dándonos cuenta que algo no funcionaba bien, Toni como conoce el funcionamiento de estos apartamentos, llamo de inmediato a un teléfono de urgencias, estado en ello escuchamos la llave como se introduce en la puerta, yo me dirijo a ella y les pido que se tranquilicen, era una pareja de personas mayores, creo de Belgas, la señora se puso muy nerviosa, cuando vieron que no se trataba de ningún robo ni nada por el estilo pues teníamos las bicicletas dentro del apartamento y nosotros estábamos vestidos de ciclista, se pusieron en plan borde, Toni que habla el Ingles y francés perfectamente les hizo frente pues estaban con los insulto, y Toni no se lo permitió.
Llego el señor encargado y en la discusión le dijimos que llamara a la policía pues teníamos las conciencias muy tranquilas y no era un error nuestro, para salir del problema el encargado nos dio otro apartamento, y pudimos descansar, a la mañana siguiente nos esteramos en recepción que se habían equivocado al darles nuestro apartamento a esos señores y nos pidieron disculpas.







Marte 20 de junio, montamos en nuestras bicicletas y nos dirigimos a la recepción del complejo, allí nos recibió la encargada, después de darnos una explicación de error cometido por ellos, dándole nuestro apartamento a esos señores, nos pidió disculpas y dimos por zanjado el incidente.

Nos fuimos a desayunar, luego nos dirigimos a una agencia y concertamos un tour por el parque del Timanfaya con nuestras bicicletas, con un guía y un transporte de todo terreno para llevarnos al lugar del comienzo de la ruta.

Después nos fuimos con las bicicletas a una playa cercana, una pequeña cala que estaba llena de guiris surfistas, nos dimos unos baños, y nos relajamos.

Luego nos alquilamos un vehículo pues queríamos conocer la isla de Lanzarote, visitamos los Jameos del agua, el mirador de Río y el museo del Cactus.

Después de dar una vuelta por varios pequeños pueblos, terminamos en San Bartolomé donde cenamos muy bien, pues tomamos un potaje canario acompañado de vino del lugar, todo estuvo bastante rico, luego regresamos a nuestro apartamento y nos fuimos a descansar.






Miércoles 21 de junio, salimos a las 9,00 h. de nuestro apartamento nos dirigimos al lugar donde estaba la agencia, pues teníamos contratado el tour por el parque del Timanfaya, desayunamos en una cafetería de estilo alemán frente al local “Horst Bike” nombre de la agencia de turismo, luego esperamos un poco pues no habrían hasta las 10,00 h. Una vez abierto el local nos hicimos presentes y concretamos la salida.

Colocamos las bicicletas en el todo terreno marca Land Rover, acondicionado para llevar hasta 7 bicicletas, sobre las 10,30 salimos en el vehículo, este nos llevo prácticamente a lo más alto de la isla, justo a la entrada del parque del Timanfaya.

Nada más salir nos hicimos las fotos de recuerdo con el diablo, símbolo del parque del Timanfaya, continuamos hasta llegar a un lugar con barreras, donde sacamos unos tiques para la posterior visita al parque en la Guagua, pues de otra forma está prohibida.

Continuamos con las bicis hasta el restaurante de la montaña de fuego, allí se organizan los autocares para el recorrido del parque, dejamos sujetas a una cadena las bicis, luego nos montamos en uno de los autocares para la visita guiada.

Esta visita fue alucinante, nos vimos inmerso en un mar de lava, parecía que estábamos en un paisaje lunar, se formaban infinidad de formas grotescas, las vistas además de extrañas eran bonitas, fue una sensación rara la que sentimos, vimos varios cráteres y pasamos muy cerca de algunos cortados por donde el autocar pasaba muy cerca, la gente se agolpaba en las ventanas para poder ver mejor la lava en con sus formas tan diversas.

El recorrido duro 30 minutos aproximadamente, el paseo fue muy reconfortante, llegamos al punto de partida y allí nos esperaba Tomás, nuestro guía, pues el conductor del vehículo se había marchado y el nos acompañaría en su propia bicicleta.

Antes de salir con él para hacer nuestro recorrido en bici, a todos los turistas allí presentes nos enseñaron lo típico del lugar, introducían unos matojos en un agujero en la tierra y este se prendía fuego, echaban agua a otro y a los tres segundos salía vapor a una altura considerable, era un espectáculo.

Nos hicimos unas fotos de recuerdo, luego entramos en el restaurante y a su entrada te encuentras una gran parrilla redonda sin fuego, pero cocinando con el calor que desprende la tierra, todo el suelo del restaurante está caliente, podemos notarlo a través de nuestros calzados.







En la gran parrilla tenían cocinando medio cerdo entero chorizos y chuletas, los visitantes podíamos movernos a nuestro antojo alrededor de la parrilla, nos hicimos unas fotos, pasamos al restaurante y almorzamos.
Una vez acabado el almuerzo nos pusimos en marcha. Tomás nos llevo hasta una cala donde estaba previsto que nos diéramos un baño, pero no lo hicimos pues el día no acompañaba y no nos apetecía, luego nos llevo al Lago Verde y después a los Hervideros, un lugar extraño donde la lava se introducía en el mar formando cuevas, con unos rompientes de olas y cortados enormes.
Allí nos recogió el Land Rover, este nos llevo a nuestro lugar de regreso, durante la vuelta concretamos para el siguiente día, la visita guiada a la isla de la Graciosa, con esta misma empresa y de forma guiada, luego nos fuimos al apartamento nos duchamos, salimos y compramos unos embutidos y unas latas de conservas, cervezas, coca colas y una botella de ron, cenamos en el apartamento, nos tomamos unos pelotazos y Salvador se bebe casi media botella de ron.
Comentar que en la visita al Parque del Timanfaya , cogí un poco de lava de la zona de la montaña de fuego, según nos informaron a 10 metros de profundidad se mide 600 grados de temperatura, y que la última erupción producida en Lanzarote fue hace 260 años.






Jueves 22 de junio, sobre las 9.00 horas salimos del apartamento, desayunamos de nuevo en la cafetería del día anterior, cuando apareció Tomás, preparamos las bicicletas la colocamos en un Fiat, en los soportes y al contrario, con la dirección hacia abajo y la sujetamos con unas correas, siempre se aprende algo.

Nos llevo hasta un pequeño puerto, desde donde salía un ferrys de pequeñas dimensiones, en dirección a la isla de la Graciosa, este tenía el mismo nombre que la isla, podía transportar unos 200 pasajeros, sin posibilidad de llevar vehículos.

Salimos del puerto con levante un poco fuerte, este hacia que el barco se moviera de forma desagradable, una vez que salimos del puerto y cambiamos de rumbo el mar se calmo un poco, el oleaje nos daba de popa y se volvió algo más agradable, la duración del trayecto fue de 20 minutos aproximadamente.

Llegamos a puerto, este era muy pequeño, como su pueblo pues había pocas viviendas más un restaurante para los turistas, Tomas nos llevo a una urbanización de casitas bajas y nos hicimos unas fotos de recuerdo, continuamos por la costa era un camino bastante técnico donde se enterraba las ruedas de la bici, se nos hacía bastante complicado el pedalear.






Durante el recorrido tanto Salvador como Antonio probaron el blando suelo del camino pues ambos cayeron de sus monturas, mientras Tomás nos mostraba sus habilidades y su equilibrio, las caídas al ser en zona de arena fina, resultaron ser graciosas como el nombre de la isla, yo tuve que desmontar varias veces pero sin llegar a caer.
Seguimos, Tomás viendo que iba con un grupo que le respondía y estábamos bien de tiempo, decidió explorar una zona que desconocía, esto también le motivo a él y empezó a disfrutar al igual que nosotros.
Llegamos a una zona donde nos encontramos en un rompiente de olas, donde se había formado un puente natural de lava, la isla en toda su orilla era de lava que penetraba en el mar en al menos en un 70% salvo algunas calas de arena, en una de estas calas nos dimos un baño, esta estaba casi desierta a excepción de otro dos ciclista y un matrimonio con dos niños, pero estos estaban a mucha distancia, el día estaba con algo de nubes y algo desagradable con el levante, pero decidimos darnos un baño luciendo nuestros cuerpecitos serranos al desnudo, pues todos los que disfrutábamos de esta cala estábamos igual.






Los dos ciclistas nos dieron la impresión de que eran raritos, y de buenas a primeras se fueron acercando a nosotros, “en bolas” de pronto comenzaron a hacer una series de piruetas como verdaderos atletas, Salvador algo desconfiado se fue a unas rocas pero al final se quedo en bolas y se metió en el agua, Tomás no se lo pensó lo más mínimo se quito la ropa y se lanzo al agua, Antonio y yo lo seguimos poco después, nos hicimos unas fotos de recuerdo, terminamos el baño y sobre las 14,00 h. estábamos de regreso para el restaurante, pues teníamos concertada una paella para cuatro personas, sobre las 14,30 h.

La paella nos costó 3600 Ptas., Salvador, Tomás y yo nos comimos tres platos Antonio dos y todavía sobraron al menos dos platos, la paella fue enorme y además estaba riquísima, nos tomamos unos cafés y reposamos un poco, luego nos fuimos al puerto que estaba justo al lado para embarcar.







Regresamos a Lanzarote y le pedimos a Tomás que nos llevara al aeropuerto, pues queríamos dejar las bicicletas en consigna, para embarcarlas en el vuelo a la mañana siguiente, lo que nos resulto imposible. Tomas se había marchado por lo que tuvimos que regresar montados en nuestras maquinas hasta el apartamento.

Nos duchamos, localizamos al muchacho de mantenimiento del complejo pues hicimos algo de amistad con él, y después de cenar tomamos unas copas. Santiago que así se llamaba, se nos ofreció a llevarnos temprano al aeropuerto y aceptamos gustosamente, luego regresamos al apartamento pues habíamos quedado a las 7,00 h. del día siguiente. Una vez en casa Salvador acabo con el ron que quedaba y porque no había más








Viernes 23 de junio, “Regreso a Ceuta” Santiago fue puntual y a las 7,00 h. llego para llevarnos al aeropuerto, como aprendimos a colocar las bicicletas al contrario, con el manillar hacia abajo, aprovechamos los soportes para colocarlas, las atamos con unos pulpos y unas cuerdas. Una vez en el aeropuerto bajamos las bicicletas y nos despedimos de Santiago, pues le ofrecimos invitarle a desayunar con nosotros, pero nos dijo que le era imposible pues tenía trabajo y no podía entretenerse, le dimos las gracias por su amabilidad.

Dejamos las bicicletas en equipaje, desayunamos en el mismo aeropuerto, mientras esperábamos la salida de nuestro vuelo, este se retraso 20 minutos que fue anunciado por megafonía y comentamos ¡esto empieza bien!, creíamos en ese momento que sería una jornada llena de problemas.







Embarcamos en el vuelo dirección Málaga, nos pusieron un pequeño almuerzo en el avión con el café correspondiente, llegando a Málaga hubo un poco de turbulencias, el susto paso, poco después llegamos a la costa y las vista eran muy bonitas, el aterrizaje fue perfecto.

Recogimos nuestro equipaje y las bicicletas que venían maltrechas por el trato que se le había dado. Antonio había llamado a un amigo suyo para que le trajera su coche, colocamos las bicicletas en los soportes, nos despedimos de este amigo de Antonio y salimos deprisa dirección Algeciras, pues queríamos coger el barco de las 21,00 h.

Antonio se nos despisto un poco y tiro durante algún tiempo por el interior de la costa, esto nos retrasó algo, hasta que pudimos coger la autovía, llegamos a Algeciras “puerto” a las 20,50 h. rápidamente canjeamos los billetes y embarcamos, en el barco Antonio y yo tomamos unos bocadillos con cerveza, Salvador siguió con sus pelotazos de ron y se tomó dos. Desembarcamos en Ceuta y Antonio llevo en primer lugar a Salvador y luego me llevo a casa, baje la bicicleta, cogí mi coche para acompañarle por la zona del arroyo pues vivo en una finca colindante con la frontera de Marruecos, y no tenemos carretera de salida de los domicilios, por este motivo nos tenemos que conformar con pistas de tierra, o en este caso la desembocadura de un arroyo seco, le acompañe hasta la salida y luego regrese a casa.

Pasada una semana nos volvimos a reunir en casa de Antonio, con las fotografías de recuerdo, sentimos gran añoranza de lo vivido, la conclusión de nuestro viaje fue muy positiva para los tres, y un gran recuerdo vivido de nuestra gran amistad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario