LEÓN - PONFERRADA
Autores:Arturo Murcia

Francisco Astorga
DESPLAZAMIENTOS:
COMIENZO DEL CAMINO
CEUTA -BURGOS
BURGOS – RONCESVALLES
EL REGRESO DE LOS PEREGRINOS
ETAPAS:
RONCESVALLES – ESTELLA
ESTELLA – BELORADO
BELORADO – FRÓMISTA

FRÓMISTA - LEÓN
LEÓN – PONFERRADAPONFERRADA – PORTOMARIN
PORTOMARIN – SANTIAGO DE COMPOSTELA
DATOS DE INTERES:
Según nuestros velocímetros.
Kilómetros recorridos, 105.92
Medía alcanzada, 14.10 Km. h.
Tiempo real en la Bicicleta, 7 horas 28 minutos.
Kilómetros acumulados: 547.300
La noche fue "movidita", pues como os comenté anteriormente, Juan Manuel y Paco hasta ese momento casi siempre habían tenido las habitaciones peores, y eso que normalmente, y para “limar asperezas", gozaron del privilegio de elegir primero, y esta vez desde luego también les tocó la peor.
Cuando entramos por la tarde en las habitaciones, la suya tenía un ventanuco en alto que no se sabía muy bien donde daba, pero como lo que fundamentalmente buscábamo
una buena ducha y una cama en condiciones, y eso lo tenía, no pusieron mayor pega. El problema fue que ese ventanuco daba a un pub, y por la noche la música empezó a oírse y a no dejarles conciliar el sueño.
Lo que no me podía imaginar era que los que andaban fuera eran Juan Manuel y Paco que estaban haciendo una “peregrinación particular” hacia otro cuarto mejor situado.
Era evidente que estaban echando un "kiki" o "practicando sexo" como
queráis llamarlo.
Por la mañana cuando nos vimos todos, les comenté lo que me había pasado y Juan Manuel y Paco debido al cambio de habitación también lo oyeron.
La salida esta vez fue más temprana. A las 7,30 h. ya estábamos dando pedales ya que sabíamos que las jornadas de Castilla habían quedado atrás y hoy nos enfrentaríamos a uno de los puertos importantes del itinerario Jacobeo, que es la Cruz de Ferro.
Tras el desayuno que hicimos a pie de carretera, nos volvimos a encontrar con los maños que llevaban un ritmo más vivo, nos saludamos y durante el ratito que estuvimos charlando vimos que posiblemente pudiésemos coincidir en Santiago así que quedamos en estar atentos por si nos veíamos allí, cosa que fue imposible pues no imaginábamos la cantidad de gente que nos íbamos a encontrar en esas fechas.
Seguimos por nuestra ruta rompe piernas y la anécdota significativa fue encontramos a un minusválido en una silla de ruedas preparada, haciendo el camino como uno más.
Hasta antes de llegar a Astorga llevamos un buen ritmo de pedaleo y a lo lejos vemos unas "Presas con colores llamativos" y decidimos darles alcance, resultaron ser unos ciclistas catalanes.
Rápidamente comenzamos a charlar con ellos y Paco los inmortalizó como corresponde, tras rodar un rato juntos nos dejaron pues nuestro ritmo era más vivo que el suyo, así que con gran satisfacción de José Mª., que eso de dejar gente atrás le "ponía", les comentamos que lo mismo nos veríamos en Astorga.
Tras quedar impresionados al decirles que habíamos recorrido esta distancia desde Roncesvalles en tan solo cinco jornadas nos despedimos de ellos, pero a lo largo del día nos los encontraríamos varias veces.
Sobre las 11,30 h. y tras salvar un duro, aunque corto, repecho entramos en Astorga, preciosa ciudad en la que nos detuvimos un buen rato.
Aquí lo primero que visitamos fue la plaza del ayuntamiento que tiene un encanto especial.
Después nos dirigimos al Palacio Episcopal construido por Gaudí y junto a el por último visitamos la catedral, esta llama la atención pues está construida con una piedra rojiza que le da al conjunto una tonalidad muy peculiar.
Nosotros no podíamos hacer eso, así que compramos unos embutidos y pan y decidimos salir y comer cuando coronásemos el puerto pues esa sería más o menos la hora de almorzar.
A partir de aquí el camino empieza a empinarse hasta que llega a Foncebadón, puerto que está a 1440 m. de altitud.
Hasta llegar aquí encontramos duras rampas en ascensión continua y exigente que no te da un respiro.
Tras rellenar nuestros bidones con agua fresquísima que manaba de una fuente, nos preparamos nuestros suculentos bocadillos de
Antes de marchar cumplimos con la tradición de dejar a los pies de la Cruz las piedras que desde nuestras respectivas ciudades veníamos transportando.
Después de la dura subida nos esperaba la recompensa, y poco antes de iniciar un largo y tendido descenso paramos en Manjarín en el famoso albergue de Tomás el Templario donde sellamos.
La bajada es impresionante por una buena carretera sin apenas tráfico, en mitad del camino atravesamos una pequeña aldea construida en piedra el Acebo.
Al final del descenso nos encontramos la población de Molinaseca, que por las casas que vimos ha de ser un pueblo próspero.
Este lugar tiene un precioso puente y bajo él han preparado unas playas artificiales de césped, que en aquel momento estaban repletas de gentes refrescándose y nosotros si no hubiésemos ido como siempre justos de tiempo, habríamos hecho lo mismo.
Poco a poco llegamos a Ponferrada y en mi caso con las fuerzas justas, pues la dureza de la ascensión me ha pasado factura.
Entramos en nuestro final de etapa encontrándonos un bonito castillo.
Tras instalamos en nuestro hostal , llamado Santa Cruz, cenamos de tapas pero eso ya os lo contaré mañana.
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