miércoles, 25 de noviembre de 2009

2ª Etapa Camino de Santiago




ESTELLA – BELORADO


AUTORES:

ARTURO MURCIA
FRANCISCO ASTORGA

DESPLAZAMIENTOS:COMIENZO DEL CAMINO
CEUTA – BURGOS
BURGOS – RONCESVALLES
El REGRESO DE LOS PEREGRINOS

ETAPAS:
RONCESVALLES – ESTELLA
ESTELLA – BELORADOBELORADO – FRÓMISTA
FRÓMISTA – LEÓN
LEÓN – PONFERRADA
PONFERRADA – PORTOMARIN
PORTOMARIN – SANTIAGO DE COMPOSTELA

DATOS DE INTERES:Según nuestros velocímetros.
Kilómetros recorridos, 115.00
Medía alcanzada, 13.40 Km. h.
Tiempo real en la Bicicleta, 8 horas 34 minutos.
Kilómetros acumulados: 210.5

Comenzaré el relato de esta etapa comentando algunos detalles de la noche pasada.
Como podéis ver anoche dormimos en el hostal el Volante, esta situado a las afueras de Estella, las habitaciones están muy bien aunque esa noche fue una noche de calor. Una vez instalados algunos hicimos los estiramientos, luego nos duchamos y tras hacer algo de colada, pues este tema hay que llevarlo a diario, estuvimos estudiando la posibilidad de visitar un poco la ciudad y tomar unas tapas, o quedamos cerca del hostal.


Al final optamos por la segunda opción pues estábamos cansados y pensamos que después de cenar enseguida nos daría la hora de acostarnos, así que tras reparar fuerzas programamos la jornada siguiente y sobre las 11 de la noche estábamos en la cama.
Yo dormí con José Mª. que ya está acostumbrado a mis ronquidos, pues hemos hecho bastantes salidas juntos y después de unas cuantas vueltas en la cama conseguí conciliar el sueño. El despertador sonó a las 7,00 h., a las 7,30 h. estábamos ya preparados y desayunando. Al preguntar al resto por el estado de las piernas y el culo las contestaciones fueron optimistas, aunque no eufóricas, pues Juan M. lo tenía algo "perjudicado" siendo esto un augurio de lo que más o menos no esperaba a todos en jornadas sucesivas y de las “toneladas de Mitosyl” que correrían por nuestras partes pudendas.
El desayuno consistió en unos suculentos bocatas el chorizo que parte de ellos los guardarnos para una parada posterior. Así que a las 8 de la mañana dejamos Estella y rápidamente tomamos el camino tradicional, pues la noche anterior habíamos decidido hacerlo por pista, El camino nada más salir empieza con unos repechos cortos pero pronunciados que con las piernas frías y la barriga llena de chorizo tuvimos que tomarlos con tranquilidad.

Muy cerca de la salida nos encontramos Irache, aquí hicimos la primera parada pues es obligado probar el rico vino tinto que amablemente mana de forma gratuita de la fuente que en el camino tiene apostado dicho municipio.


La parada fue corta porque las 8,30 h., no es una hora muy propicia para beber vino, pero aun así lo probamos, y comentamos que si hubiésemos pasado a medio día “otro gallo hubiese cantado".





Tras abandonar Irache la fecha amarilla nos presentaba dos opciones y decidimos seguir la más frondosa y desde luego no nos equivocamos pues durante 1 hora aproximadamente pasamos por un bosque denso en el que era difícil ver el sol, era una senda técnica, que no te permitía correr mucho pero era gratificante tanta sombra que después a lo largo de la jornada echaríamos de menos.


Al terminar esta zona de vegetación el camino discurría por grandes trigales, que a nosotros que somos de mar, nos llamaron mucho la atención ya que no estamos acostumbrados a ver tanta extensión de terreno de siembra.


Por esta zona empezamos a ver peregrinos a pie, hoy vemos muchos más que ayer y a la voz de "buen camino" nos van dejando espacio para que pasemos, se nota el buen “rollo" y la camaradería que impera en el camino. Como curiosidad de la jornada encontramos un peregrino a caballo.
Según la información que teníamos de la etapa nos esperaba una jornada con muchos repechos, y efectivamente así fue. Recuerdo especialmente uno que fue durísimo, incluso con piedras sueltas en el que tuve que meter molinillo pero la recompensa estaba en la cima, pues el paisaje nos regaló una vista preciosa, que quedo inmortalizada en el objetivo de la cámara de Paco.



Conforme discurre la mañana y el sol sube al cenit, el calor empieza a castigamos con dureza.


Atravesamos la población de los Arcos y durante un rato circulamos por una pista ancha en la que encontramos a un perro pastor que nos impedía seguir, pues cuidaba el paso del ganado y hasta que no lo hizo la última oveja no se apartó.











Continuamos hasta Sansol y luego por carretera hasta Viana.



Durante este trayecto con bastantes repechos, en uno de ellos nos encontramos con dos peregrinas holandesas en apuros, pues tenían una avería con la cadena de su bicicleta, rápidamente le indicamos que el mecánico del grupo era Paco, que las sacó del apuro en un momento.


Finalizada la tarea repartieron besos a diestro y siniestro, y al grito de "viva Santiago" continuamos todos nuestro camino. Llegamos a Viana, la recuerdo como un pueblo amable pues al parar en un semáforo y mirar al suelo encontré un billete de 10 euros que pasó a engrosar el montante de nuestro fondo común.
En este pueblo tras buscar una sombra, nos paramos a tomamos los bocadillos que habíamos guardado aunque no pudimos hacerlo en ningún bar pues era domingo y todo estaba cerrado.


Entre pista y carretera nos acercamos a Logroño. Antes de entrar en la ciudad pararnos en casa de la "tía Felisa" nosotros sin saberlo estábamos en uno de los lugares emblemáticos del camino pues nos contó "la Felisa" que aquel lugar era parada obligatoria de peregrinos ya en tiempos de su madre, teniendo en cuenta que la tal Felisa podría tener alrededor de los 60 años.

El lugar tiene un aspecto peculiar y algo descuidado pero lo que si tiene es un gran árbol y bajo su refrescante sombra, una mesa que inmediatamente ocupamos. Aquí los 10 euros encontrados nos “invitaron" a bebidas y frutos secos, y una vez refrescados sellamos la credencial y retomamos el camino hasta llegar a Logroño, ciudad que no tuvimos tiempo de visitar pero que esta magníficamente indicado todo, cosa que me causó una grata impresión.


Una vez dejado atrás Logroño llegamos a Nájera donde a la entrada del pueblo decidimos parar a comer, que por cierto mis compañeros probaron por primera vez en su vida los cardos, verdura de la tierra que está riquísima.


Sobre las 16,00 h. retomamos el camino, el calor era insoportable y como siempre a mi me llegaba la peor hora, pues he llegado a la conclusión que yo sin una siestecita no soy nadie. Pero la jornada de aquel día era exigente y a esa hora aun nos quedaba unos 50 Km. así que tras una puesta en común decidimos seguir por pista, pistas que resultaron ser pesadas pues el terreno era blando con lo que costaba más pedalear, y lo peor de todo, había algunos repechos muy duros teniendo que usar en mi caso todos los recursos que mi cambio me proporcionaba.
El cansancio iba haciendo mella en nosotros, se acercaba el final de la tarde y aun nos quedaba 20 Km. para llegar a Belorado así que decidimos dejar la pista y volver a la carretera. Tras una consulta a la Benemérita pusimos rumbo a nuestro destino. Pero yo ya estaba bastante tocado y 5 Km. antes de llegar Paco me vio y pidió una parada que agradecí pues el trafico, el calor, el culo y los pies me habían hecho mella y estaba incluso anímicamente hundido.


Después de jurarme que no quedaban más de 5 Km. me animé, hice de tripas corazón y ya de un tirón llegamos a Belorado sobre las 20,00 h. tras 12 horas de bicicletas que fundamentalmente fueron por pista.
La llegada al hotel fue "heroica" pues las caras denotaban nuestra fatiga, la gente que estaba en la puerta se sorprendió al ver nuestro aspecto polvoriento y desaliñado y enterarse que veníamos de Estella por el campo cargados con nuestros equipajes.




El hotel no era muy allá pues estaba en la carretera, el ruido del tráfico y de una fábrica que había al lado molestaban, pero sinceramente a mi me molestó poco. Estaba muerto.

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